miércoles, 6 de mayo de 2009

Descripción del viaje


En un ensayo de Socorro Jiménez leía “El comienzo de América fue barroco y el barroco en América un comienzo”; Así nuestro continente nace en la estética de un movimiento cuya característica era la diversidad gestada en las condiciones sociales, culturales y hasta climáticas donde se desarrolló. La guitarra en América es un barroco situado en varias geografías; es la vulnerabilidad del sonido que se transforma en manos de otros que lo acogen y lo reproducen: unos guitarristas acompañan canciones, otros tocan conciertos venidos de otras geografías, unos más recrean textos folklóricos africanos como el “Decamerón negro” y a otros de “ñapa” se les ocurre que una guitarra es naranja y puede producir sonidos ácidos. Innumerables son los contextos de recorrido de las seis cuerdas en América y por ello no puedo pretender abarcarlos todos; solo hare una selección al azar viajando con mi mochila recogiendo saberes, datos y lo que venga de otros que como yo invierten su tiempo desentramando la caja misteriosa de la cual Agustín Barrios “Mangoré” habla en su profesión de fé.

Tupá, el espíritu supremo y protector de mi raza,

me encontró en medio del bosque florecido y me dijo:

toma esta caja misteriosa y descubre sus secretos;

entonces encerró en ella las voces de las aves

y las almas serenas de la vegetación y me la entregó:

La tomé obedeciendo al mandato de Tupá

y la coloqué contra mi pecho bien cerca al corazón,

y abrazado a ella pasé muchas noches al lado de la laguna.

Una noche Jací nuestra madre Luna,

reflejada en el espejo de cristal de agua,

sintiendo la tristeza de mi alma india,

me envió seis rayos de plata

para ayudarme a descubrir los secretos de la caja encerrada.

Y se hizo el milagro:

desde el fondo de la caja misteriosa,

brotó la sinfonía maravillosa

de todas las voces de la naturaleza virgen de América


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